En el corazón del Berlín reunificado, en el extremo de la calle Bergmann, una de las más populares del distrito de Kreuzberg por sus cafés, restaurantes y mercado cubierto, todavía hoy se erige un cementerio que, en esa placidez típica de los camposantos centroeuropeos que invita al recogimiento, el paseo o al reposo, oculta un pasado tan poco edificante como desconocido. Y es que los nazis convirtieron el cementerio protestante de Luisenstadt en el “cementerio principal del movimiento”.
Desde su inauguración en 1831 cobijó los restos de glorias locales, entre los que destacan Gustav Ernst Stresemann, un político liberal y masón, ministro de Asuntos Exteriores y canciller efímero en la República de Weimar, además de merecedor del Nobel de la Paz en 1926.
La relevancia de este cementerio para los nazis se debió a que, entre septiembre de 1931 y abril de 1935, en él se dio sepultura a un total de 22 miembros de las Tropas de Asalto (SA), las Juventudes Hitlerianas (JH) y las SS, todos ellos fallecidos en circunstancias violentas en la “lucha por la calle” en Berlín contra militantes y simpatizantes del movimiento obrero. La mayoría residía en otros distritos de la ciudad; algunos ni siquiera eran protestantes. Entonces, ¿por qué acabaron allí? La explicación pasa por Johannes Wenzel, el pastor responsable del cementerio.
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Hola Roberto. Gracias por escribir. Puedes acceder a los contenidos a través de este Registro: http://www.laaventuradelahistoria.es/registro
Gracias y un saludo.