Era joven, rico, famoso, tenía una esposa encantadora y cuatro hijos pequeños y, sin embargo, el conde Klaus Schenk von Stauffenberg iba a morir porque “los oficiales del Estado Mayor, tenemos que cargar con nuestra responsabilidad”.
Nacido en 1907 y formado en la academia de Caballería de Bamberg, donde los aspirantes trabajaban dieciséis horas diarias, su carrera militar carecía de futuro… Hasta que llegó Hitler.
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