Algunos historiadores piensan que cada época tiene un protagonista alegórico. De esta forma, Homero simbolizaría la Grecia mítica, don Quijote el Siglo de Oro y Charles Chaplin la Crisis del 29. Pues bien, el espíritu libertino de la Venecia ilustrada lo encarna Casanova. El sinónimo de seductor al que, según novela Sándor Márai en La amante de Bolzano, “su fama lo precedía, como un mensajero anunciando su nombre”. Este Don Juan –el Don Giovanni de Mozart–, un aventurero de mil caras, halló su escenario predilecto, su antifaz de anonimato, en el frenesí de los carnavales.
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