A una hora de París, Chantilly es una villa tranquila cuya economía se consagra, fundamentalmente, al caballo. Es conocida por sus carreras, que celebra desde el siglo XIX, y otros deportes hípicos, como el polo. Y sobre todo por el castillo, que se remonta, en sus ocho siglos, a los más ilustres linajes en la historia de Francia.
Enrique de Orleans (1822- 1897), el duque de Aumale, es la figura principal –con permiso del Grand Condé– a quien cabe asociar el actual dominio de Chantilly, formado por el mencionado castillo, sede del Museo Condé, los Grandes Establos y el Museo del Caballo, el edificio de exposiciones del Jeu de Paume y los jardines: 115 hectáreas con varias muestras del paisajismo de los siglos XVII al XIX.
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