Julio César emerge de nuevo como protagonista de un libro recién editado. Al tiempo que la novela histórica acrecienta la leyenda sobre el genial dictador y sus victorias, y fragua semblanzas épicas teñidas de predestinación, ve la luz la traducción de esta ecuánime biografía, y recuerda cómo los retratos literarios sobre personajes históricos de gran magnitud histórica también han de reconciliarse con la modestia de la condición humana, y mostrar una trayectoria vital veraz. Así, el lector descubre que también alguien como César se devanó por llevar adelante sus ambiciones, inmerso en las corrientes adversas del fragor de la lucha política y partiendo desde una posición poco prometedora: poseía orígenes patricios, pero no estuvo holgado de fortuna para comenzar. Las deudas atribularon la trayectoria de un hombre generoso, un popular que no dudaba en comprar apoyos y votos.

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