Mientras las delegaciones de EE UU y Gran Bretaña llegaban al aeropuerto de Saki, cerca de Eupatoria, a 200 kilómetros de Yalta, en el mar, buques de ambos países vigilaban todas las posibles contingencias y dos cruceros –el británico Franconia y el norteamericano Cacoctin–forzaron la teórica neutralidad de Turquía y fondearon en el Mar Negro, para servir como enlaces de comunicaciones. Se necesitaron seis horas para recorrer el penoso camino desde Eupatoria hasta Yalta, entre bruscos cambios de temperatura, que pasaban de la nieve a un sol tórrido.
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