La obra autobiográfica y programática de Adolf Hitler despertó un súbito interés en todo el mundo tras su acceso al poder en enero de 1933. España no fue una excepción en el espíritu de la época, ávido de conocer de primera mano, y en su caso emular, el ascenso meteórico y la conquista del Estado por la versión alemana del totalitarismo. El resuelto antimarxismo y antiliberalismo incrustados en el programa y la praxis del movimiento nazi explican el atractivo que despertó en España la figura del Führer en el espectro fascista, pero también conservador.
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