Antaño lugar de asueto de la aristocracia prusiana, la tranquila y cuidada localidad de Potsdam, a 25 kilómetros de Berlín, reúne algunos de los palacios y jardines más famosos de la zona, como el palacio de Sanssouci del emperador Federico el Grande, en cuyos salones planificó algunas de las campañas que hicieron de Prusia una potencia continental. Para el general Lucius Clay, a cargo de las fuerzas de ocupación estadounidenses en 1945, Potsdam representaba “la ciudad de los reyes de Prusia, el origen de la agresión alemana”. Fue allí, en el palacio neotudor de Cecilienhof, antigua residencia del príncipe heredero alemán, donde se celebró la tercera y última gran conferencia que mantuvieron los jefes de Gobierno de los Tres Grandes –la URSS, EE UU y el Reino Unido– para reorganizar el mundo surgido de la contienda.
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