Lo noté al levantame / que el día era sombrío; / sentí una gran tristeza / dentro del pecho mío. / Presentí, entonces, algo, / Y mi hermana me dijo: / –¿Sabes, hermana, sabes? / Se ha muerto don Benito. / ¡Don Benito! Aquel viejo / que estaba cieguito, / aquel que me gustaba / porque me daba el cariño. / –Hermana, hermana, hermana, / ¿ha muerto don Benito? / Todos, todos, lloraban, / todos, todos, los míos. / Y hasta mi pluma ahora / al escribir, sin ruido, / es como si callara: / ¡Ya murió don Benito!”
En estos versos (“A Don Benito. El día en que se murió”), escritos en su adolescencia y publicados en el periódico canario La Jornada, la escritora y miembro de la generación del 27 Josefina de la Torre Millares se hacía inmediato eco poético del fallecimiento de Benito Pérez Galdós. Ocurrió en Madrid, en la madrugada del día 4 de enero de 1920. Tenía setenta y seis años y dejaba una inmensa y valiosa obra literaria, especialmente en el campo de la novelística, que lo convierte, sin duda alguna, en el escritor español más importante después de Miguel de Cervantes.
Este contenido no está disponible para ti. Puedes registrarte o ampliar tu suscripción para verlo. Si ya eres usuario puedes acceder introduciendo tu usuario y contraseña a continuación: