Los viajes en automóvil, la práctica de deporte y las nuevas responsabilidades laborales de las mujeres durante la I Guerra Mundial favorecieron que la moda optase por tendencias cada vez más cómodas. Diseñadores como Paul Poiret o Madeleine Vionnet abandonaron el corsé, liberando el torso femenino de la silueta en forma de “S” que había marcado los periodos anteriores. Aunque ambos crearon piezas que prescindían de este elemento, el sujetador patentado por Mary Phelps-Jacobs en 1914 pronto tomaría el puesto dejado por el corsé.
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