Madrid no fue la primera ciudad atacada desde el aire con el objetivo de alcanzar a la población civil. Tampoco era la primera capital europea sobre la que se arrojaban bombas. Sin embargo, sí que sufrió el primer ensayo real de “guerra total”: bombardeos sistemáticos y prolongados en el tiempo para inducir la rendición de sus defensores a través del terror y la desmoralización de sus habitantes.
Las primeras bombas sobre la urbe cayeron en agosto de 1936, pero los ataques aéreos rutinarios de la Legión Cóndor y la Aviazione Legionaria tuvieron su devastador apogeo durante el otoño de aquel año y, de forma más ocasional, de enero a abril de 1937. En ese tiempo, el Eje experimentó con la capacidad destructiva de combinar bombas explosivas e incendiarias, capaces de generar temperaturas de hasta 3.000 ºC en uno o varios focos a la vez. A esto hay que sumar las acciones de la artillería sublevada, incesantes desde el inicio hasta el fin de la Guerra Civil en la capital.
Aunque esta estrategia militar dejaría después cicatrices en un sinfín de ciudades, la desmemoria de los bombardeos en Madrid es quizá mayor que en otros lugares. Un tabú que los arquitectos Luis de Sobrón y Enrique Bordes rompieron en 2019 al editar un mapa que recogía los puntos de la urbe que sufrieron daños.
Ahora, tras explorar a fondo la documentación generada por bomberos, policías, fotorreporteros y arquitectos de la época, publican un valioso libro-mapa, prologado por el profesor Gutmaro Gómez Bravo, que identifica y contextualiza más de dos mil edificios afectados. Un nuevo recurso pedagógico y divulgativo que permite visualizar las heridas de un urbicidio poco estudiado hasta la fecha.
Madrid bombardeado. Cartografía de la destrucción, 1936-1939
Enrique Bordes y Luis de Sobrón
Madrid, Cátedra, 2021
128 págs. + plano, 15 €