Praga es una ciudad tomada por los turistas. Entre sus visitantes hay quienes realizan una excursión al campo de concentración nazi de Theresienstadt –hoy Terezín–, a 60 kilómetros, al que se llega fácilmente desde la estación de autobuses de Nádraží Holešovice. Sin embargo, hay otro escenario de la II Guerra Mundial más impactante y que prácticamente nadie se acerca a visitar. Es Lídice, el pueblo que sufrió la venganza de Hitler.
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