Las SA (Sturmabteilung) o Tropas de Asalto surgieron en Múnich en 1920, y hasta su desaparición en 1945 ya nunca dejaron de ser un semillero de violencia. Protegiendo actos propios o reventando los de “marxistas”, el enfrentamiento violento era una eventualidad con la que tenían que contar sus integrantes.
Ya organizasen un mitin, escenificasen una marcha propagandística, se reuniesen en un local nazi o se encaminasen a cualquiera de esos actos, sobre ellos pendía el riesgo de agresión. Suerte idéntica, por lo demás, a la que corrían sus enemigos políticos, según una lógica perversa de reciprocidad. Los nazis boicoteaban los actos organizados por comunistas y socialdemócratas, y agredían a sus militantes y simpatizantes en calles, mítines, salones de actos y bares.
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