La emblemática historia de Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como el Cid Campeador, y el oscurantismo que rodea a sus hijas, es un ejemplo de cómo la narrativa épica construye con el paso del tiempo una invención fantasiosa que responde más a subrayar ciertos arquetipos de una época que la autenticidad en vida de los personajes. El Cantar del Mío Cid, uno de los grandes cantares de gesta de la literatura española y el gran relato del héroe de Vivar, es un poema que reproduce la historicidad del Cid ensalzando la épica del mismo y rodeando a sus familiares de la misma aura honorable y entusiasta que al protagonista del poema.
Las hijas del Cid Campeador, doña Elvira y doña Sol, nombres poéticos en el Cantar del Mío Cid, constituyen una pieza clave para comprender el engranaje familiar del héroe de Vivar. Las hijas tienen su aparición más importante en la obra en el violento suceso del episodio de la afrenta de Corpes.
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