Las Repúblicas Bálticas no forman parte del mundo eslavo, que las rodea de norte a sur. La población original de Estonia compartía las raíces uraloaltaicas de los finlandeses. Y en Letonia y Lituania se habían asentado en la Prehistoria las tribus baltas –curonios, latgalios, lituanos, semigalios, prusianos…– que se extendían hasta la desembocadura del Vístula. En el siglo XIII, este conjunto de pueblos fueron víctimas de la Drang nach Osten, la arrolladora expansión germana en la Europa del Este.
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