Perecieron sesenta mil moros, entre los que matamos y trajimos esclavos”. Sin duda alguna la cifra era exagerada. Pero corresponde, no obstante, a la carta que Alfonso VIII de Castilla escribió al papa Inocencio III en 1212, tras su victoria de Las Navas de Tolosa frente a los almohades, que desde años atrás apoyaban a los territorios islámicos de al-Ándalus. Esta batalla, en la que, entre otros, colaboró Pedro II el Católico de Aragón, significó el giro definitivo en favor del mundo cristiano durante la llamada Reconquista. Abrió las puertas a la toma de Andalucía, en el sudoeste peninsular, pero también hacia el noreste. Allí, Cataluña y Aragón habían trazado unas fronteras estables, pero Mallorca y Valencia continuaban bajo el dominio musulmán. En 1205, Pedro II ya había pensado en invadir Mallorca y había abordado el asunto con el papa.
Este contenido no está disponible para ti. Puedes registrarte o ampliar tu suscripción para verlo. Si ya eres usuario puedes acceder introduciendo tu usuario y contraseña a continuación: