En 1943, los psicólogos españoles Vicente Beato y Ramón Villariño se desplazaron a Guinea Ecuatorial para hacer un estudio sobre la inteligencia de los colonizados. El informe se publicó en 1952, con el título Capacidad mental del negro. El texto pretendía responder a las siguientes preguntas: “¿Qué es capaz de hacer este hombre negro, de ojos más negros que su piel, grandes, pero inexpresivos; de nariz corta y ancha, de boca amplia, formada de grandes y salientes labios, y blancos y vigorosos dientes; de pelo corto y crespo y pómulos prominentes? (…) ¿Qué capacidad somática y psíquica alcanza a desarrollar? (…) Y, por último, ¿qué trabajo es capaz de desarrollar?”. De todas estas cuestiones, la importante era la última.
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