Muerte, ruina, dictadura, represión y exilio figuran en el trágico balance de la Guerra Civil que devastó España y conmocionó al mundo entre 1936 y 1939. Sobre sus causas, su evolución y su desenlace han corrido ríos de tinta incluso mucho antes del final de la contienda y, junto a los numerosísimos testimonios y las diferentes aproximaciones políticas e historiográficas que desde entonces ha suscitado, no ha sido menor su decisivo impacto en la literatura, que la tomó como argumento desde un buen principio: un millar largo de novelas puede contarse en su abultada bibliografía.
Con altibajos, calidad diversa y distinta orientación a lo largo del tiempo, puede afirmarse que hoy, más de ochenta años después del último parte de guerra, la memoria de aquellos sucesos sigue actuando como fermento novelístico de primer orden.
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