La guardia pretoriana, la unidad de soldados de élite que, acantonada en la capital del Imperio, prestaba servicio en el entorno inmediato al emperador, es, sin duda, uno de los símbolos más distintivos de la Roma imperial.
Instrumento imprescindible como guardia personal para defender al titular del Imperio y preservarle de conspiraciones, rebeliones y disturbios, su carácter de principal cuerpo de tropas en la Urbe contribuyó a que asumiera una amplia gama de poderes en Roma.
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[…] Capaces de poner y deponer soberanos, e incluso convertirse en máxima autoridad del imperio, esta unidad de soldados de élite, reglamentada por Augusto, fue mucho más que un simple cuerpo de seguridad. […]