Llovió durante toda la noche del 20 al 21, pero, de madrugada, un fuerte viento dispersó las nubes y manchas azules aparecieron en el cielo. El sol se reflejaba en los charcos. El aire vivo y tonificante que se respiraba anunciaba la cercanía de la primavera”, escribía el embajador de Francia, André François-Poncet, testigo privilegiado de la teatral representación organizada por Hitler en Potsdam el 21 de marzo de 1933.
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