Godoy: la agonía del absolutismo

Hombre fuerte de Carlos IV, Godoy persiguió a los mejores ilustrados e impulsó una política exterior orientada a la guerra que arruinó al país, puso las condiciones para la invasión francesa de 1808 y lo abocó a la pérdida del imperio. Trazamos el perfil de una figura endiosada por el favor de la reina María Luisa y analizamos su alianza con Napoleón

Edad contemporáneaGodoy: la agonía del absolutismo

En la memoria en defensa de la Junta Central, de 1809, Jovellanos calificó al depuesto valido como “el infame Godoy”. Después del esperpéntico fin de reinado, entre marzo y mayo de 1808, su figura fue inevitablemente el saco de los golpes en las condenas del Antiguo Régimen. “Antes que Bonaparte enviase sus legiones a España –escribía un catedrático del Real Seminario de Nobles, en septiembre de 1808–, éramos esclavos de Godoy”. La desastrosa alianza con Napoleón, su prepotencia de hombre endiosado por el favor de la reina, la presunción del adulterio con ella, la persecución sufrida por los ilustrados más prestigiosos, como el propio Jovellanos, eran suficientes argumentos para considerarle el causante de todos los males.

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Antonio Elorza
Antonio Elorza
Profesor emérito de Ciencias Políticas, Universidad Complutense de Madrid

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