En el año 395 moría el emperador Teodosio I el Grande, tras haber restablecido la unidad del Imperio romano en incansable lucha contra usurpadores y bárbaros. Dejaba dos hijos de su primera mujer, Arcadio y Honorio, y una hija, Gala Placidia, fruto de sus segundas nupcias con Gala, la hija del emperador romano de Occidente, Valentiniano I. Y en su testamento decidía confiar la parte oriental del Imperio a Arcadio y la occidental a Honorio, que llevó consigo a su hermanastra Gala. Así se separaba definitivamente el Imperio para no volver a reunificarse.
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