Durante la accidentada expedición Loaísa-Elcano y en el empeño por abrir la ruta de la especiería, encalla en 1526 la carabela San Lesmes en el atolón polinésico de Amanu. Este hecho, y la pervivencia y expansión de los náufragos de la carabela y sus descendientes en el Pacífico al paso de los siglos, nos ha dejado una enorme cantidad de rastros y pruebas. Por eso, las sospechas de que un barco español había naufragado allí en tiempos pretéritos, rondó las mentes de los navegantes europeos que en los siglos siguientes aproaron hacia aquellas aguas.
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