Sin remontarnos a varios siglos, para una rápida mirada a la resistencia rifeña basta con detenerse en el siglo XIX y recordar la guerra de Tetuán de los años 1859-60, en la que cientos de cabileños del Rif se unieron a los de Yebala y a las tropas del sultán para oponerse a las fuerzas invasoras del general O’Donnell.
Años más tarde, en 1893, las tribus aledañas de Melilla lucharían contra el ejército español para oponerse al propósito de construir una nueva fortificación. Y, a principios del siglo XX, en 1909, asistiremos a los enfrentamientos entre las fuerzas españolas y las cabilas de los alrededores de Melilla, que se oponían a la construcción de un ferrocarril minero. De hecho, en 1909, con la instalación de empresas mineras en la región oriental del Rif, el movimiento de resistencia tradicional a la penetración colonial cobra una nueva dimensión, que se manifiesta en la lucha contra la explotación de las riquezas mineras del país por extranjeros.
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