El fin de la Gran Guerra: París fue una quimera

En junio de 1918, los generales del káiser lanzaron una poderosa operación en el frente occidental con el objetivo de alcanzar la capital francesa. Recordamos los combates, que se saldaron con un estrepitoso y postrero fracaso alemán, que condujo a su rendición el 11 de noviembre y al fin de la contienda

DossierEl fin de la Gran Guerra: París fue una quimera

Lucharé delante de París, lucharé en París, lucharé detrás de París”, clamaba el 4 de junio de 1918 ante la Cámara de Diputados el jefe de Gobierno y ministro de la Guerra, Georges Clemenceau, que pese a sus setenta y seis años seguía siendo “el Tigre”.

La víspera, los alemanes habían alcanzado el Marne y lo cruzaron estableciendo una pequeña cabeza de puente, amenazando la capital francesa como en septiembre de 1870, cuyo sitio y penalidades había vivido Clemenceau con veintinueve años, mientras desempeñaba la concejalía de Montmartre, jurando entonces odio eterno a los prusianos.

Un soldado alemán abandona su posición camuflada al ser descubierto durante la segunda batalla del Marne.

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David Solar
David Solar
Exdirector de La Aventura de la Historia

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