El Concilio Vaticano II (1962-1965) cogió a la Iglesia en España con el pie cambiado, en lo teológico, en lo político y en la vida en general. A principios de los sesenta, las bases de la Iglesia no eran ajenas a lo que estaba pasando en Europa. De hecho, había una generación de sacerdotes que, aunque formados en el primer franquismo, habían salido a estudiar fuera de España, y no solo a Roma, sino principalmente a Francia y Alemania. Pero los obispos, cuya edad media superaba los sesenta años, vivían a gusto a la sombra del entramado institucional del régimen de Franco.
Este contenido no está disponible para ti. Puedes registrarte o ampliar tu suscripción para verlo. Si ya eres usuario puedes acceder introduciendo tu usuario y contraseña a continuación: