Fue en 1672 cuando Otto von Guericke publicó su Experimenta nova, ut vocatur Magdeburgica, de vacuo spatio. El científico alemán (1602-1686), un juez de dilatada trayectoria apasionado por la física y las matemáticas, describía en la obra su invento de la bomba de aire y las pruebas realizadas con ella. Von Guericke había conseguido practicar el vacío a gran escala y demostraba la inmensa fuerza que la atmósfera podía ejercer sobre los objetos, a través de uno de los experimentos más famosos de la historia de la ciencia: el de los dieciséis caballos incapaces de separar dos semiesferas de cobre, de unos cincuenta centímetros de diámetro cada una y perfectamente ajustadas entre sí, de cuyo interior se había extraído todo el aire.
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