La pequeña y simbólica Weimar, reserva intelectual de Alemania, fue la ciudad elegida al término de la I Guerra Mundial para refundar al derrotado Reich (ver La Aventura de la Historia, núm. 240). En ella, el 11 de noviembre de 1919 se votó una nueva constitución, republicana y democrática, que dotó al país de un nuevo régimen parlamentario. Su texto, muy avanzado para la época, permitió a Berlín ensayar un modelo pionero de Estado del bienestar y amparó la explosión creativa que sacudió su sociedad en la década siguiente.
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