Los actuales territorios ruso, bielorruso y ucraniano estaban divididos en varios principados que mantenían frecuentes disputas entre ellos, aunque oficialmente estaban más o menos agrupados en torno al llamado Rus de Kiev. Ante los avances tártaros, a principios de la tercera década del siglo XIII, los nobles decidieron hacerles frente y, en mayo de 1223, presentaron batalla al invasor mongol en el río Kalka, al este de Ucrania. Se calcula que cada ejército estaba formado por unos 20.000 hombres, pero mientras los eslavos actuaban confiados y desorganizados, la disciplina de sus enemigos era total. Los mongoles atacaron mientras los rusos cruzaban el río, sorprendiéndoles divididos entre ambas orillas. El resultado fue su casi completa aniquilación, incluyendo la mayor parte sus príncipes, aunque los vencedores, tras saquear las costas del mar Negro y el Cáucaso, se retiraron por orden de Gengis Kan.
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LAS CLAVES
AVANCE. Tras una primera incursión en 1223, las tropas mongolas regresaron quince años después, logrando sucesivas victorias hasta 1241.
MÁQUINA MILITAR. La movilidad de sus tropas y la habilidad de sus jinetes y arqueros
hacían del ejército tártaro el más eficiente de la época.
GOLPE DE SUERTE. La muerte del gran kan Ogodei y el obligado regreso de las tropas a Mongolia evitó el ataque sobre el centro de Europa.
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