La persecución de la brujería fue uno de los grandes asuntos de la Edad Moderna europea. Si bien es cierto que se trata de un fenómeno endémico a todo el continente –e incluso fuera de él, pues son bien conocidos los casos de los juicios de Salem en Nueva Inglaterra–, resulta complejo establecer pautas territoriales o conductales generalizadas. No cabe duda de que las diferentes estructuras estatales y supraestatales de la época produjeron casuísticas muy diversas en cuanto a la forma en que se dio este fenómeno. Trataremos de plantear algunas vías de aproximación a la caza de brujas en torno al recorrido del Rin, cuyas aguas bañan desde la Confederación Helvética hasta los extensos territorios del Sacro Imperio Romano Germánico.
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