El 27 de junio de 1209 se suscribió un acuerdo, en la ciudad de Valladolid, entre Alfonso IX de León (1171-1230) –monarca al que se le erigió hace unos años una estatua junto a la Colegiata de San Isidoro de León, en la que se firmaron los famosos Decreta reconocidos por la UNESCO como la cuna del parlamentarismo europeo– y su tocayo, primo y suegro a la vez Alfonso VIII de Castilla (1155-1214), con el fin de poner término a los repetidos enfrentamientos entre ambos reinos.
En realidad, y pese a los varios tratados de paz previos y posteriores al de Valladolid entre León y Castilla, las hostilidades no concluirían hasta la muerte de ambos monarcas y el acuerdo entre las dos sucesivas exesposas del leonés: Teresa de Portugal y Berenguela de Castilla –que, dicho sea de paso, fueron matrimonios anulados por los papas Celestino III e Inocencio III, respectivamente, al tener con ambas parentesco, lo que sumado a un pacto con los almohades, también motivo de excomunión por Celestino III (1199-1252), hace del leonés Alfonso IX el rey más excomulgado de la historia.
Este contenido no está disponible para ti. Puedes registrarte o ampliar tu suscripción para verlo. Si ya eres usuario puedes acceder introduciendo tu usuario y contraseña a continuación: