Una de las mujeres extraordinarias que alumbró el final del siglo XIX y comienzos del XX fue Bertha Felicitas Sophie. Oriunda de Praga, donde nació en 1843, y conocida como Bertha von Suttner –tras casarse en 1876 con Arthur Gundaccar, hijo pequeño del barón Von Suttner–, durante la guerra ruso-turca de 1877-1878 convirtió su casa de Tiflis (Georgia) en un hospital improvisado para atender a los heridos. El horror de lo que allí contempló le llevó a dedicar su vida a luchar contra la guerra.
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