«En los frentes de batalla se combate con las armas, mas poco importaría que allí alcanzáramos la victoria, si no cumpliéramos nuestra obligación de desarmar moralmente al enemigo, formando su conciencia hasta elevar su corazón en esta otra batalla, de la que vosotros, los maestros, tenéis que ser los oficiales y los generales. Sois vosotros quienes tenéis que desarmar a la España roja”. Aprender a sentir –lo establecido por el Régimen, naturalmente– formaba parte del corpus de enseñanza escolar en el franquismo y se reflejará después en los manuales. Constituía un objetivo primordial y la medida del éxito del docente, como revelan estas palabras del dictador pronunciadas con motivo de la clausura de la asamblea de maestros, en Salamanca, el 6 de julio de 1937.
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