Alice Guy fue el mutismo que sucede a un hecho prodigioso. Hasta hace no demasiado tiempo era un espectro, el vacío del olvido. Poco hacía sospechar que estábamos ante “la madrina del cine”. Gracias al trabajo puntilloso y valiente de una serie de estudiosas sabemos que fue una pionera de pleno derecho en los albores del cinematógrafo. Sin embargo, aún queda mucho por descubrir de esta cineasta de vida novelesca y aires tan irreverentes como líricos.
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