La conmemoración en 2018 de los trescientos cincuenta años de la firma de la Paz de Lisboa de 1668 permitió evocar un momento de enorme simbolismo en las historias paralelas de Portugal y de España.
El tratado suponía el reconocimiento de la casa de Braganza como nueva dinastía reinante en Portugal desde la entronización de Juan IV en Lisboa el Primero de Diciembre de 1640. Con la Paz se ponía fin al largo conflicto bélico, propagandístico y diplomático iniciado veintiocho años atrás, algunos de cuyos principales episodios militares, no obstante, se vivieron en la década de 1660.
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