El 20 de enero de 1716, nacía el niño que con el paso del tiempo iba a ser investido rey de España con el nombre de Carlos III. Fruto del matrimonio de Felipe V con su segunda esposa, la parmesana Isabel de Farnesio, mujer de fuerte personalidad y opinión política propia, el nuevo infante venía al mundo con pocas posibilidades de ser proclamado monarca de la vasta monarquía hispana.
Sin embargo, pronto Carlos empezó a entrar en los planes de la diplomacia española y en las cábalas de Isabel, estas últimas destinadas a dar a su primogénito una posición acorde con su rango real. Tras numerosas vicisitudes bélicas y diplomáticas en el complicado cuadro europeo, el joven infante fue encauzado hacia los caminos de Italia, donde los acontecimientos derivados de la cuestión sucesoria de Polonia lo condujeron finalmente a ser proclamado rey de las Dos Sicilias el 3 de julio de 1735 en Palermo, contando únicamente con diecinueve años de edad.
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