El 18 de julio de 1817 moría Jane Austen, una de las más grandes escritoras de la literatura universal. Se apagó sin llegar a atisbar siquiera la repercusión que alcanzaría su obra, leída hoy con tanta devoción como ignorada fue en vida de la autora. Vivió totalmente aislada del mundo literario. No hay constancia de que confraternizara con algún otro escritor. El suyo fue un genio innato, cultivado en las condiciones, diríase, menos propicias para ello, si no fuera porque precisamente es de estas limitaciones de donde se nutre.
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