Divulgada oficialmente en sesión extraordinaria de la Academia de Ciencias en París el 19 de agosto de 1839, la invención del daguerrotipo marcó la introducción de la fotografía en la sociedad decimonónica. Aunque, finalmente, el procedimiento de Daguerre resultara sin porvenir, ya que no abocó a una evolución posterior, haciendo caso omiso de las investigaciones y los logros anteriores de Nicéphore Niepce, hubo que esperar la aportación definitiva de William Henry Fox Talbot, resuelta con el calotipo patentado en 1841, que reunía la esencia de la fotografía: una imagen sobre papel y multiplicable gracias al paso fundamental de un negativo matriz que permitía sacar cuantas copias se quisiese.
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