Solo un mes después del asalto al Palacio de las Tullerías, ocurrido el 10 de agosto de 1792, París seguía presa de una gran agitación. Depuesta la monarquía constitucional de Luis XVI, la familia real se refugiaba en la Asamblea Legislativa, en el inmueble de la calle Rivoli. Aprovechando el desconcierto por las tensiones sociales y políticas en los prolegómenos de la creación de la Convención Nacional –que el 21 de septiembre proclamó la República–, una banda de ladrones saqueó el fabuloso Tesoro de la Corona, solo comparable en la época al del Gran Mogol.
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Genial la historia.