Durante más de cincuenta años, José Moñino Redondo (1728–1808), conde de Floridablanca, protagonizó gran parte de la vida pública española. Como secretario del Despacho de Estado, dirigió la política exterior española entre 1777 y 1792, abordando, entre otros, asuntos como la independencia de las trece colonias inglesas de Norteamérica, disputas fronterizas con Portugal en América y la renovación con Francia del Tercer Pacto de Familia.
También supervisó la política comercial, económica, de obras públicas, bellas artes y arqueológica del reinado de Carlos III. Tras su destitución, encarcelamiento (acusado de abuso de poder y malversar caudales públicos en la financiación del Canal Imperial de Aragón) y destierro, hasta la abdicación de Carlos IV no recuperó la libertad de residencia y a partir de 1808 presidió la Junta Suprema Central y Gubernativa del Reino, depositaria de la soberanía española hasta la restitución de Fernando VII, cautivo en Francia.
La exposición Floridablanca, la sombra del rey, examina ahora en el Palacio de Almudí y Sala Verónicas de Murcia la figura del ilustrado y su tiempo, a través de más de trescientas obras vinculadas a la época de Carlos III y Carlos IV.
Comisariada por Isidro Bango Torviso e Ismael Gutiérrez Pastor y organizada por la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, a través de la Consejería de Turismo y Cultura, el Ayuntamiento de Murcia y Acción Cultural Española (AC/E), la muestra se organiza en quince secciones y reúne pintura de Goya, Mengs, Batoni, Tiépolo, Maella, Bayeu… bustos de Floridablanca y José Nicolás de Azara, una monumental estatua ecuestre de Carlos III, además de producciones de los talleres reales de piedras duras, relojería y porcelana, dibujos, estampas y libros sobre un sinfín de obras políticas, científicas, literarias y militares procedentes de Reales Academias, museos, bibliotecas y archivos nacionales y provinciales, Patrimonio Nacional y colecciones privadas.
Artículo publicado en La Aventura de la Historia, número 245.