Creerse “el ombligo del mundo” es un defecto frecuente, tanto individual como colectivo. Se reprocha a las personas, instituciones, ciudades, regiones o países, que tienden a considerar que todo debe girar a su alrededor o pretenden ser objeto permanente de atención universal, simplemente porque se lo merecen o son “así de guapos”. Sin duda, se trata de una expresión metafórica pero, como veremos, rebasa la mera referencia anatómica humana.
Este contenido no está disponible para ti. Puedes registrarte o ampliar tu suscripción para verlo. Si ya eres usuario puedes acceder introduciendo tu usuario y contraseña a continuación: