El 28 de agosto de 1929, Nueva York recibió triunfalmente la primera aeronave que había dado una vuelta al mundo. El Graf Zeppelin sobrevoló plácidamente la gran ciudad, mientras que la gente se paraba en la calle para aplaudir su paso y los más privilegiados, en las terrazas de los más altos edificios, saludaban su paso, casi tocándolo con la mano. El gran dirigible, resplandeciendo bajo el sol, pasó sobre la ciudad escoltado por una escuadrilla de aeroplanos, que le acompañaron hasta la cercana base de Lakehurst, de donde había salido cuatrocientas ochenta y cuatro horas antes, el 8 de agosto.
Este contenido no está disponible para ti. Puedes registrarte o ampliar tu suscripción para verlo. Si ya eres usuario puedes acceder introduciendo tu usuario y contraseña a continuación: