La República albanesa de Kosovo es uno de los Estados más jóvenes de Europa. También uno de los más reducidos, con unos diez mil kilómetros cuadrados de extensión y cerca de dos millones de habitantes.
La independencia fue proclamada el 17 de febrero de 2008, sobre la base de una victoria electoral, sin participación de la minoría serbia, respaldada por la Unión Europea y los Estados Unidos. No la reconocieron Serbia, Rusia, China y decenas de países, entre ellos España. Dos años más tarde, el Tribunal de La Haya resolvió que la declaración no contravenía las normas del Derecho Internacional, avalando indirectamente ulteriores procesos de separación de un estado, siempre que sea excluido el recurso a la violencia.
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