Albania está plagada de búnkeres esperando un enemigo que nunca les atacó. Durante la dictadura comunista (1945-1990), su líder, Enver Hoxha, mandó construir 750.000 que entre 1967 y 1985, año de su muerte, diseminó por calles, playas, caminos, campos, cementerios… ¿La razón? El temor a que el país fuese invadido y, de paso, crear una psicosis de miedo e inseguridad sobre la que asentó su poder dictatorial. Lo ha reflejado el escritor Ismaíl Kadaré en novelas como La provocación o El palacio de los sueños.
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