El diseño de la bandera oficial española –con tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, la central de doble anchura– no proviene de remotos tiempos medievales, y tampoco encarna el triunfo de una revolución. Apareció casi por casualidad, a raíz de una decisión del rey Carlos III, quien lo eligió, entre numerosas opciones, para su armada de guerra.
Se trataba de encontrar una combinación que distinguiera sus barcos de los otros que también empleaban estandartes blancos, como todos los de la dinastía Borbón. Resulta difícil conocer las razones que llevaron al monarca a adoptar estos colores.
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Dice usted que «Resulta difícil conocer las razones que llevaron al monarca a adoptar estos colores», si bien el rojo y amarillo son los colores tradicionales de la bandera de Nápoles, y ya sabemos de dónde era rey Carlos antes de serlo de España.