A finales de mayo de 1925, una noticia dio la vuelta al mundo: la desaparición del coronel británico Percival Harrison Fawcett, de cincuenta y siete años, junto con su hijo Jack, de veintidós, y su amigo Raleigh Rimmel, de veinticinco, en el corazón de Brasil, en la región amazónica del Mato Grosso. Un misterio sin resolver que David Grann narró en su libro La ciudad perdida de Z (2009), título que en 2017 se convirtió en una película dirigida por James Gray.
Considerado el último aventurero de la época victoriana, el suceso podría no tener mayor transcendencia si no fuera por la importancia del explorador, cartógrafo y topógrafo, apodado “el David Livingstone del Amazonas”, premiado, en 1916, con la medalla de oro de la Royal Geographical Society (RGS), con la aprobación del rey Jorge V, por sus contribuciones a la cartografía sudamericana.
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